Las consolas de videojuegos se han convertido en el actor principal dentro de la sala del hogar
Ellas son capaces de reunir a la familia frente a una pantalla y reforzar los vínculos entre padres e hijos.
Los videojuegos han pasado de ser los causantes de castigos y riñas familiares a ser el punto de reunión para que padres e hijos puedan pasar buenos momentos juntos.
Gracias a la aparición de las últimas consolas de Nintendo –el Nintendo Wii y el Nintendo Wii U– y de accesorios como el Microsoft Kinect o el PlayStation Move, jugar videojuegos ya no es una actividad pasiva, sino que incentiva a pararse del sofá y compartir la experiencia con más personas.
Existen títulos en el mercado como Brain Academy, Nintendogs o Kinect Sports, que pueden ser jugados por cualquiera sin importar la edad.
Atrás quedó la época en la que uno debía ser un experto frente a los controles para pasarla bien en un videojuego.
Hoy los títulos se están concentrando en el factor de diversión que pueden generar, dejando así en un segundo plano las mecánicas complejas y las historias intrincadas.
Tomemos el caso del juego Just Dance 4, cuya última versión salió hace un par de meses para todas las consolas. En este juego, debemos imitar los pasos de baile que los coreógrafos representan en la pantalla. Sin embargo, el mayor atractivo es jugarlo en familia o con amigos, ya que la mayoría de las canciones pueden bailarse con hasta otras tres personas, realizando coreografías especiales en las que cada participante tiene un rol y unos pasos diferentes.
Un ejemplo más es el de Wonderbook: Book of Spells, la nueva apuesta de Sony por combinar los cuentos infantiles con las experiencias interactivas. En su primera entrega, han logrado que J.K. Rowling esté a cargo de la historia del juego, que se presenta como una aventura interactiva que el jugador experimenta utilizando un accesorio en forma de libro y una cámara que responde a nuestros movimientos, gracias a características de realidad aumentada. El juego representa una nueva aproximación a la tradición de los cuentos infantiles y una oportunidad para estrechar los lazos entre padres e hijos.
Otro punto a considerar dentro del nuevo panorama de los videojuegos en el hogar es el de la consola como centro de entretenimiento, y no sólo como un equipo de juegos.
Las tres consolas más modernas de las tres compañías fabricantes del mercado son capaces de transmitir televisión por pedido, utilizando servicios como Netflix o Hulu, además de ofrecer videollamadas y acceso a páginas de Internet.
Tanto Sony como Microsoft y Nintendo se han dado cuenta de que es posible aumentar el tamaño de sus usuarios convirtiendo a los videojuegos en una actividad familiar.
Por ello, es probable que en los próximos años veamos que esta tendencia continúe. Si bien la próxima generación de consolas traiga equipos con una mayor potencia gráfica y de procesamiento, la mayoría de los juegos estarán dirigidos al público en general.
Dentro del hogar, el panorama también ha cambiado. Antes, los videojuegos sólo eran los juguetes digitales de los niños, y los adultos se mantenían al margen, vigilándolos.
Ahora, que la barrera generacional ha caído y la edad promedio del jugador ha aumentado, hay más apertura hacia los videojuegos.
Lo que ha sucedido en los últimos años con los videojuegos y su nuevo rol dentro del hogar era algo que se veía venir.
Los padres de ahora que crecieron jugando videojuegos quieren hacer lo mismo con sus hijos. Mientras tanto, los desarrolladores buscan nuevas formas de jugar, experimentando con mecánicas y herramientas, que combinan avanzadas tecnologías con los elementos lúdicos.
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